Día 11

Son las 7 de la mañana y llueve, hoy tenemos mala suerte con el tiempo, pero el humor no decae, el grupo se lo toma como debe ser, con alegría.
La lluvia y la niebla nos va a acompañar todo el tiempo hasta el Gran Cañón.

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No para, y la niebla cubre todo, el plan era recorrer el cañón de este a oeste, parando en los miradores, viendo diferentes ángulos, pero íbamos saltando las paradas, imposible parar, lluvia fuerte, niebla.. decidimos seguir directos hacia el visitor center, donde  los pilotos puedan descansar, secarse un poco y tomar algo caliente. 

Una vez allí, decidimos que vale la pena esperar a ver si por lo menos la niebla remite, y el grupo puede ver aunque sea una parte del cañón. El lugar de parada, tiene cafetería, tienda... hacemos tiempo, nos asomamos al cañón cada poco, pero sigue igual, una densa capa de niebla impide la vision, lo tenemos a nuestros pies, pero no podemos ver nada.

Comemos allí, y ya decidimos que es mejor irnos, ya llevamos unas horas, nada cambia, es mejor ir hacia nuestro destino, Williams, y aprovechar la tarde allí, pero antes, la prueba de que estuvimos allí...

De camino, hacemos una parada rápida en un museo de aviación...

Y ya llegamos al destino, Williams, AZ, en plena ruta 66, un pueblo bonito, catalogado de interés para los viajeros de la 66, tenemos un buen hotel, que conocemos de muchos años, Carol, la dueña, nos tiene todo preparado... Buen hotel, bonito pueblo y la tarde para disfrutar...

Como es tradición, la cena la hacemos en el Cruiser´s, un Diner genuino y con buena comida, reservamos una mesa, el restaurante está lleno, esta época atrae a muchos viajeros...

Y para seguir la tradición, después de la cena, una copa en el Sultana, hemos venido andando, así que no hay problema en brindar por la ruta y jugar al billar en este particular bar.

Esto es todo por hoy, ya estemos en la 66, y los siguientes días toca rodar por ella y disfrutar de su encanto.

Hasta mañana...